viernes, 16 de mayo de 2008

Alicia en el país de las maravillas


Hace relativamente poco tiempo me junté con un amigo para realizar una página web cuyo tema no estaba muy bien definido. Propusimos muchos temas, pero queríamos algo diferente que llame la atención y que sea el gusto de muchos. Por el cual, él, propuso realizar una página Web basado en los “videojuegos”. Propuesta que no me ilusionó mucho por lo poco que conocía de estos cyber-juegos.

El plan de la página Web era hacerla diferente a las demás, motivo que nos llevó a analizar muchas páginas en las que encontrábamos mucha similitud. Todas destacaban los foros, los mejores jugadores, torneos, los premios y hasta las estructuras se asemejaban. Pero había algo que no se resaltaba, y era la participación femenina en este juego. Entonces decidimos que nuestra página incluiría también a la mujer, no como una “curiosa” que ve la página porque su novio la abrió o porque quiso encontrar al amigo. No queríamos eso, queríamos que la mujer sepa que la página estaba hecha también para ella y no solo para el hombre.

Los estudios que nos tocó realizar sobre el comportamiento de la mujer ante los juegos por computadora fueron diversos, pero pudimos llegar a una conclusión: que buena parte del público femenino tiene cierto reparo inexplicable a acercarse a una consola, cuando un juego se les plantea interesante no dudan en coger el mando.

La conclusión a la que llegamos nos entusiasmo, ya que nuestro perfil se iba estableciendo. Pero aún nos faltaba saber el desenvolvimiento de una mujer en el “campo”. Labor que me toco desempeñar. Averigüe dónde se realizaban estos juegos y pude encontrar uno cerca de mi casa. Era en un centro comercial de infraestructura antigua, que imagino que en sus tiempos fue uno de los mejores.

Al llegar pregunte por el dueño, nombre que me dio uno de mis contactos, entre mis averiguaciones. Esperé siete minutos y salio el hombre qu estaba esperando, empecé realizarle una serie de preguntas relacionado a lo que me interesaba, respuestas que me daban mucho más ánimo de seguir con mi proyecto, al saber que había mucho más mujeres de la que yo pensaba que se interesaban por estos juegos.

Al terminar mi interrogatorio con Jimmy, el dueño, me di una vuelta por el local. Había una serie de chicos que se reían, que se llamaban con alias, hasta que por fin di con lo que busca. Pude distinguir un grupo de quinceañeras reunidas en un módulo que hacían barra a Alicia, que según decían era mejor que muchos chicos jugando al Counter Strike, que jugaba con otros chicos de diferentes módulos. El desenvolvimiento de Alicia era el de cualquier chica que se encuentra con sus amigas, ella no presentaba ningún tipo de timidez antes los chicos. Alicia, como me contó, le gustaba mucho los videojuegos porque la hacían más ágil, y no creé que haya videojuegos exclusivos para hombres y mujeres, pero muere por los tacos y es por eso que tiene 21 tacos porque como ella dice “una cosa es que me guste los cyber- juegos y otra cosa es que me deje de gustar los tacos”, señalándome su tacón rojo que llevaba puesto.


Por favor, dejémonos de prejuicios y tópicos estúpidos. Los videojuegos no son solo cosa de hombres.

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